Fantástico cuento para trabajar la igualdad, la amistad, la diferencia y la inclusión.
Es una historia que además nos habla de aceptación, de superación y de autoestima.
Cuadradito estaba jugando con sus amigos los circulitos.
Cuando suena el timbre.
Es hora de volver a la casa grande.
Todos los redondos entran por la puerta.
Pero cuadradito no puede... no es redondo como la puerta.
Cuadradito lo intenta por todos los medios, pero no puede entrar.
¡Que le corten las esquinas!
- ¡No! ¡Que me dolerá!
Pensando, pensado entre todos llegaron a la conclusión de que lo que tenían que cortar eran...
cuatro esquinas de nada... ¡de la puerta!
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