Autores: Marisa Núñez & Helga Bansch
Editorial OQO
Máma gallina estaba muy contenta con su hijo Cocorico. Un día el pollito le pidió que le hiciese un bizcocho.
- Está bien Cocorico, pero antes tienes que ir a buscar leña. Y ten cuidad con el Gato Pelado que maulla tres veces antes de darse un bocado.
Cocorico se fue a por leña, y se encontró con el Gato Pelado, que maulló tres veces:
¡MARRAMIAU! ¡MARRAMIAU! ¡MARRAMIAU!
El pollito logró convencer al gato para que no lo comiera. A cambio le tenía que dar la mitad del bizcocho.
Mamá Gallina y Cocorico hicieron un bizcocho ENOOOOOORME.
El pollito no se aguantó y empezó a comer el bizcocho: ¡picotí picota ahí que rico!
Mamá Gallina se dio cuenta no quedaba nada de bizcocho y
en ese momento oyeron al Gato Pelado que venía por su mitad.
Mamá Gallina escondió al pollito en una olla.
La mamá tapó el pico al pollito que no paraba de piar y temblar y hacía mover la olla.
El Gato Pelado metió la zarpa en la olla para coger al pollito y en ese momento Cocorico estornudó tan fuerte que hizo saltar la olla en mil pedazos.
El Gato Pelado se fue creyendo que se le caía la casa encima, con un ojo morado y un diente roto.
Mamá Gallina y Cocorico hicieron otro bizcocho. Esta vez Cocorico si supo compartir... lo hizo con los niños del Colegio Sagrada Familia de El Entrego, que se fueron muy contentos con su trocito de bizcocho.
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